sábado, 6 de febrero de 2010

SAKINA

Temprano levantó la muerte el vuelo...
(Miguel Hernández)

Mi corazón se llena de la luna
al evocar la noche de tu muerte,
era una luna seductora y fuerte
que el viento desplazó como una duna.

Entró por la ventana y en tu cuna
distribuyó su luz para envolverte,
brillaba con afán de protegerte
ciñendo otro adjetivo a tu fortuna.

Como estabas dormida y agotada
después de tantos lunes de desvelo,
y estabas dulcemente descuidada,

la luna remontó de nuevo el vuelo
dejando tras de sí la madrugada
y una sombra implacable por el suelo.

© Jesús Fernández Palacios
(De Los poemas de Sakina)

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