jueves, 18 de febrero de 2010

Que me coman los leones

(autorretrato etílico)

Puedo decir ah azul y eso y piedra y alga y musgo
pero siempre fui polilla de poca conversación mediática,
aprendí que el viento a veces muerde aires funámbulos
y estuve más pendiente de la luz, que de Unamuno;

hoy un niño buceó su cometa submarina en un charco
y unas libélulas bailaron en la intimidad de una farola,
y claro, se nota que cada cual tiene sus preferencias
recuerdo el guitarrista viejo de Picasso, y su guitarra;

a las cinco se formó una sombra pálida y apolítica
y tierras y verdes y grises se confundían con nostalgia,
y claro, aborrecí de verdades con posturas infinitas
recuerdo al violinista celeste de Chagall, y su ventana,

puedo decir ah ocre y eso y espina y raíces y olmo
pero siempre fui mitómana con propensión a la locura,
aprendí que la voz a veces se despega sin preámbulos
y estuve más pendiente del color, que de Machado.

© Sandra Rubio.

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